La contabilidad es una obligación formal y legal que debemos llevar lo más al día posible.
Debe reflejar la realidad de tu empresa y te ayuda a la toma de decisiones.
Además, te ayuda a conocer los saldos acreedores y deudores de tu negocio.
Dependiendo de si eres autónomo o empresa, el nivel de exigencia será mayor o menor.
Por ejemplo, a un autónomo sólo se le exige que lleve un registro de las facturas emitidas y recibidas, sin que entre en pormenores tales como los cobros o pagos, aunque es aconsejable para conocer de un simple vistazo cuáles son las deudas y los cobros pendientes.
La contabilidad de empresas debe ser más exhaustiva y debe reflejar incluso provisiones y pérdidas o beneficios.
En este caso, nos regimos según unas normas de valoración y un manual que es nuestro santo grial: el plan general contable.
No nos vamos a detener a explicar en qué consiste este libro ya que sería extenso y tedioso. Su contenido es materia de estudio en institutos y universidades y da origen a la figura profesional del contable.
La importancia de llevar al día está contabilidad solo la entenderás cuando te pierdas entre todos los papeles.
Por eso, nuestro consejo es que busques a una buena asesoría que lleve tu contabilidad al día, que te asesore y aconseje en tus proyectos de inversión y que de la cara por ti ante una eventual inspección de la Hacienda pública.